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lunes, 2 de abril de 2007

DIPLOMADO EN LIDERAZGO Y ACCIÓN POLÍTICA

















La Ceremonia de graduación que contó con la presencia de importantes personaliodades se realizó en la Cámara de Comercio. En la gráfica aparecen: Andrés Serrano Prada, Luz Elena Mojica Gamboa, Oriol Plata Hernández, Norma Constanza García Jiménez, Claudia Marcela Socha Pedraza, María Cecilia Pinzón Ramírez, José Neil González Sandoval, Carlos Alberto Bermúdez Gutiérrez, Johana Inés Delgado Pinzón, María Fernanda Serrano Rodríguez, Jaqueline Estévez Lizarazo, Carlos Octavio Gómez Ballesteros, Humberto Vanegas Angarita, Claudia Corredor, Jesús Rodrigo Fernández Fernández, Quintín Herrera Quiroz, Luis Felipe Mutis Camargo, Rosadela Mateus Rodríguez, Sandra Patricia Ordóñez Upegui, Ana Milena Alfonso Amaya, Salvador Rincón Santos, Martha Isabel Martínez, Luis Fernando Rueda, Álvaro Vecino Pico, Coordinador Diplomado, Gustavo Martínez, Coordinador Académico - Itae, Miguel José Pinilla Rector - Itae, Cecilia Reyes de León Presidenta - Fundación Participar.



CEREMONIA DE CLAUSURA
DIPLOMADO EN "LIDERAZGO Y ACCIÓN POLÍTICA"
BUCARAMANGA, MARZO 31 2007


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Miguel Jose Pinilla Gutiérrez
Rector
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Es grato para ITAE CORPORACIÓN TECNOLÓGICA estar aquí presente junto con la FUNDACIÓN PARTICIPAR, entregando la acción de su conocimiento, ampliando el beneficio de una Educación de Calidad Superior, para que más colombianos puedan profundizar en su sabiduría profesional. Esta grata certeza y este optimismo institucional, presiden hoy esta ceremonia de Clausura.

Hace unos meses Francisco Cajiao en una de sus acostumbradas columnas sobre el tema de la educación decía que:

Desde el origen de la filosofía griega se enunciaron los tres grandes pilares del desarrollo humano; primero el amor al conocimiento que es la Filosofía, segundo el desarrollo de la sensibilidad o sea la Estética y tercero la búsqueda del bien individual y colectivo que es la Ética. Creo que aquí reside el criterio supremo para juzgar si la educación es de buena calidad.

La búsqueda de la verdad no es el aprendizaje mecánico de un conjunto de informaciones generales que conducen a obtener buenas calificaciones o un título profesional; se trata si, de aprender a pensar la realidad, de comprender los fenómenos físicos sociales y humanos aprovechando la herencia cultural y las herramientas de la ciencia. El amor al conocimiento es parte de la pasión por la vida.

Hombres y mujeres que no se preocupan por lo que pasa en el mundo, que no se sienten responsables del destino común, que no sienten que sus talentos son parte de la riqueza de su país, pueden obtener buenas notas y obtener un título pero no necesariamente encuentran en el conocimiento un sentido para sus vidas.

Una buena educación debería ocuparse más del ejercicio de la razón que de los resultados académicos. La sensatez, la capacidad de aceptar puntos de vista diversos, el gusto por el debate y la discusión, la creatividad, la investigación y la honestidad intelectual son la riqueza de los pueblos. Estos tendrían que ser los criterios centrales para evaluar la calidad de una Institución, como ya se dijo.

Por eso no basta el desarrollo del intelecto. Tan importante como el conocimiento es la educación de la sensibilidad , el sentido de la belleza que se expresa en la vida afectiva, en el cuidado del entorno, en el gusto por el arte y las expresiones más elevadas del espíritu humano. La generosidad, la ternura, el cuidado del otro y de si mismo, son parte de ese sentido estético que también alimenta el conocimiento y le da nuevas perspectivas a la ciencia. No deja de ser preocupante que en muchas Instituciones el arte y la cultura estén relegados al último rincón de prioridades.

La formación ética completa el trípode, pues no hay nada tan peligroso como una persona instruida y culta que no tenga como objeto en su vida la búsqueda del bien común, la orientación hacia fronteras más elevadas de justicia social, la intolerancia hacia las conductas que dañan al conjunto de la comunidad humana. ¿ Para que sirve una gente muy exitosa en sus retos intelectuales o profesionales si cree que puede violar todas las normas, aprovecharse de los demás o enriquecerse a costa del trabajo ajeno? Hablar de ciudadanía en medio de una cultura de corrupción entre quienes han tenido las mejores oportunidades es casi un contrasentido. Hay mucho delincuente con maestrías y doctorados, hay mucho corrupto en las esferas del poder público y privado.

La formación ética tendría que ser el producto natural de una buena formación intelectual y de un alto grado de sensibilidad social, pero no ocurre así, porque muchas instituciones educativas están mas preocupadas por logros académicos que mejoren su prestigio (y de paso sus ingresos), que por la formación integral de seres humanos que conduzcan el mundo por nuevas sendas.

La reflexión sobre la calidad empieza por aquí: si esto es claro, seguramente los procesos curriculares y pedagógicos serán más coherentes. Formar seres humanos es lo que da verdadero valor a la actividad académica.

Todos sabemos que el conocimiento se nutre de la esperanza y de la exigencia de una vida pacífica. Del sueño de paz que hoy alienta el espíritu de los colombianos y cuya forma viable es la constitución de una sociedad de justicia, de democracia verdadera, de equidad y, por supuesto, de hombres capaces de convivir razonablemente con el prójimo.

Ese es el horizonte alcanzable con la adecuada contribución de la Universidad en sus procesos de formación y de reeducación de la sociedad para que las personas reasuman mejor un sentido ético de la vida y una competencia profesional de alta calidad, tal como lo contempla precisamente nuestra misión institucional, pero además con la entrega de una oferta académica que esté al tanto de la dinámica de los conocimientos y de las necesidades de las profesiones para dar siempre la oportunidad de profundizar, de renovar, de reafirmar la vigencia del saber en concordancia con la dinámica de los tiempos, tan cambiantes de la modernidad. Este es el sentido que anima la existencia académica de estos Diplomados y el espíritu que preside este encuentro de hoy para celebrar la grata culminación de un esfuerzo que cada uno de ustedes, señoras y señores, se han impuesto con la mejor voluntad y la más intensa disciplina.

Celebramos hoy un momento alcanzado en el pacto con el conocimiento que ustedes, señores graduandos, han establecido con el talante de la vida universitaria y en particular con cada uno de ustedes como una forma de vida.

Existir es ya un acto de responsabilidad. Y ustedes lo han asumido a conciencia, haciendo un pacto con el futuro por el lado del conocimiento que siempre es fundador de esperanzas, como ya se dijo. Eso es muy grato para una sociedad en crisis como la nuestra donde un lamentable sector de nuestros compatriotas se han vuelto disidentes de la esperanza, pues todo espíritu de la violencia es frustrante, segador del tiempo promisorio, reducidor de la promesa a escombros de ceniza donde ya no puede florecer la vida grata. El nuevo país está solo en la mente de quienes tienen esperanza por el lado de la justicia ; la nueva sociedad ya está prefigurada en nuestros sueños, configurada en la pacífica tarea de pensar, en la honesta expectativa de futuro de quienes tienen la voluntad de saber, de educarse, de ser profesionales de bien.

La filosofía nos ha enseñado que el ser contiene en sí mismo la contingencia de la nada. Hoy hemos ganado formalmente una nueva categoría de ser de nuestras personas, representada en la opción profesional aventajada que ahora se consagra en Ustedes. Sin embargo, ese nuevo ser profesional tiene en sí mismo la amenaza de la contingencia de la nada que es la ignorancia. Es de advertir, entonces que todo saber comporta en sí mismo la sombra de la ignorancia, una noción funesta que no se puede perder de vista y menos dormirse en los laureles como se afirma comúnmente. El espíritu de la universidad nos hace el llamado a permanecer con la inteligencia siempre alerta, con la disciplina de estudio siempre en vigencia, con la capacidad de preguntar siempre activa porque solo la pregunta acertada abre los nuevos horizontes del saber.

Esta conciencia que no se duerme, el espíritu alegre y creativo del estudio que prosigue, es la enseña, la clave de la investidura que hoy los reafirma como profesionales de bien, más profundos y más afirmativos en sus conocimientos. Por eso mismo hoy, no los despedimos con un adiós sino con un hasta luego, nada más, porque aquí sigue viva el Alma Mater que les dio esta oportunidad intelectual y aquí los espera para acompañarles en sus proyectos y seguir construyendo juntos la profundización del conocimiento que da esperanza y espíritu de vida.

Muchas gracias,


MIGUEL JOSÉ PINILLA GUTIÉRREZ

Rector Alianza para el Saber UMB-ITAE






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